La fabricación de jabones caseros es una actividad en auge, apreciada tanto por sus aspectos creativos como por sus beneficios ecológicos. En este artículo, daremos un resumen de los consejos de expertos para tener éxito en este arte.
Seleccionar los ingredientes esenciales
Aceites sólidos y líquidos
Para obtener una receta equilibrada, se recomienda usar al menos 50% de aceites sólidos a temperatura ambiente, como el aceite de coco, la manteca de karité o de cacao. Los aceites líquidos como el aceite de oliva, girasol o aguacate completan la mezcla. Por ejemplo, una formulación podría incluir 650 gramos de aceites sólidos (250 g de aceite de coco, 200 g de manteca de cacao y 200 g de manteca de karité) y 350 g de aceites líquidos (200 g de aceite girasol, 100 g de aceite aguacate y 50 g de aceite de Carthame).
A medida que nos adentramos en la elaboración del jabón casero, es importante entender que cada componente juega un papel muy específico.
Elegir el método adecuado para la saponificación
Cálculo del hidróxido sódico
La cantidad necesaria de soda cáustica (NaOH) para la saponificación depende del valor saponificable para cada tipo estabilizado. Por ejemplo, para 1 kg de la mezcla, uno podría calcular que se necesita 147,4 g de NaOH después de sumar las necesidades para cada aceite y reducir esta cantidad entre un 5 y un 9% para obtener un jabón superfat beneficioso para la piel.
Conocer el proceso químico detrás de la fabricación del jabón puede parecer complejo al principio, pero es fundamental para lograr resultados óptimos.
Dominar los procesos de fabricación
Saponificación en frío
Este método consiste en disolver la soda cáustica en agua y luego mezclarla con ácidos grasos provenientes de aceites o grasas. Esto provoca una reacción química que da lugar al jabón. Esta técnica permite conservar las propiedades nutritivas de los ingredientes.
La elección del método y el control preciso del proceso son claves para obtener un producto final satisfactorio.
Personalizar tus jabones con aditivos naturales
Parámetros Importantes a Considerar
Dependiendo del tipo de jabón deseado (suave o limpiador), hay que elegir diferentes tipos de aceites. Los ácidos grasos con cadenas cortas como el ácido láurico (C12) y mirístico (C14) son particularmente eficaces por sus propiedades limpiadoras, lo que los convierte en opciones comunes para los jabones destinados a un uso más lavante.
La personalización de sus productos no solo permite satisfacer sus necesidades específicas, sino también desatar su creatividad.
Fabricar tus propios jabones requiere precisión, creatividad y una buena comprensión de los ingredientes y sus interacciones. Con estos consejos, tanto aficionados como principiantes podrán producir jabones de calidad, adaptados a sus necesidades y respetuosos con el medio ambiente. Ya sea por motivos estéticos o por el deseo de minimizar los residuos, la fabricación casera de jabón ofrece una forma gratificante de comprometerse con un estilo de vida más sostenible.
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