El desperdicio de alimentos es un problema serio que afecta tanto a nuestra economía como al medio ambiente. En Francia, se tiran aproximadamente 10 millones de toneladas de alimentos cada año, lo que equivale a unos 150 kg por persona. Esto representa una pérdida significativa de recursos, tanto desde el punto de vista económico como ecológico. Pero no hay que desesperar: existen numerosos trucos y consejos prácticos para reducir el desperdicio en nuestro día a día.
Planificar las comidas de manera eficiente
La importancia de la planificación
Antes de ir al supermercado, es importante planificar las comidas para toda la semana. De esta forma, solo compraremos lo necesario y evitaremos el exceso de alimentos que puede acabar en la basura.
Tecnología al rescate:
Hoy en día existen aplicaciones como JOW que pueden facilitar esta tarea teniendo en cuenta nuestras preferencias alimenticias.
Después de planificar bien nuestras comidas, podremos abordar la siguiente etapa: hacer las compras con responsabilidad.
Hacer las compras de manera responsable
Hacer una lista antes de salir
Analicemos los alimentos que ya tenemos en casa antes de salir a comprar y hagamos una lista con aquellos productos que realmente nos faltan. De esta forma evitaremos los impulsos y reduciremos el riesgo de comprar más de lo necesario.
Elegir adecuadamente los productos
Optemos por los alimentos que, aunque no sean estéticamente perfectos, son igual de nutritivos. Muchas veces estos alimentos acaban en la basura simplemente por su aspecto.
Nos hemos surtido de manera consciente. Ahora es el momento de centrarnos en la correcta conservación de los alimentos.
Aprender a conservar bien los alimentos
Almacenamiento y conservación
Guardar correctamente nuestros alimentos y usar recipientes herméticos puede prolongar su vida útil. No desperdiciemos comida debido a una mala conservación.
Congelar las sobras
Si hay sobras, podemos congelarlas para usarlas más tarde. Esta es una forma eficaz de evitar que los alimentos se echen a perder.
El siguiente paso lógico después de aprender a almacenar adecuadamente nuestros alimentos es comprender y gestionar las fechas de caducidad.
Entender y gestionar las fechas de caducidad
Aprender a leer las etiquetas
No todos los productos caducan en la fecha indicada en el empaque; algunas fechas son simplemente una sugerencia del fabricante sobre cuando el producto está en su mejor momento. Por lo tanto, es importante aprender a entender estas fechas y juzgar por nosotros mismos si un alimento todavía se puede consumir o no.
Una vez entendida la diferencia entre “caducidad” y “consumo preferente”, podemos darle un nuevo uso a esos ingredientes que nos han sobrado.
Cocinar con restos creativos
Reinventar las sobras
Pongamos en práctica nuestra creatividad y demos una segunda vida a esos alimentos que nos han sobrado. Por ejemplo, podemos preparar un delicioso caldo con los restos de pollo o unas croquetas con las sobras de carne.
No deseches, aprovecha todavía más
Hagamos uso de todas las partes de los alimentos. Por ejemplo, podemos cocinar las hojas verdes de la zanahoria o usar las cáscaras de patata para hacer unas crujientes chips caseras.
A continuación, exploraremos algunos métodos ecológicos para conservar nuestros alimentos.
Adoptar métodos de conservación ecológicos
El envasado al vacío y la deshidratación
Estas son solo dos ejemplos de métodos ecológicos para conservar nuestros alimentos durante más tiempo. Además, ambos métodos mantienen gran parte de los nutrientes en los alimentos, lo que los hace incluso más saludables.
Y por último pero no menos importante: es crucial involucrar a toda la familia en el esfuerzo contra el desperdicio.
Involucrar a la familia en el esfuerzo anti-desperdicio
Educar a los más jóvenes
Educar a los niños sobre la importancia del no desperdicio puede ayudar a establecer buenos hábitos desde una edad temprana.
Motivar a todos los miembros de la familia
Podemos hacer que cada miembro de la familia se sienta responsable de una parte del proceso, desde la planificación de las comidas hasta la correcta conservación de los alimentos. De esta manera, todos nos implicaremos en el esfuerzo para reducir el desperdicio.
Adoptar estas simples prácticas puede contribuir a reducir considerablemente el desperdicio de alimentos en nuestra vida diaria. Al ser conscientes y comprometidos e integrar estos consejos en nuestras rutinas, no solo podemos ahorrar dinero, sino también colaborar en la preservación de nuestro planeta. Cada gesto cuenta en la lucha contra el desperdicio y por un consumo más responsable.
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