Al llegar a la década de los 60, nuestras necesidades nutricionales cambian. La adaptación de la alimentación se torna esencial para preservar nuestra salud y mejorar la calidad de vida. El metabolismo se ralentiza, la masa muscular disminuye y, en general, nuestros cuerpos requieren un cuidado más consciente y personalizado.
Alimentación después de los 60 años: ¿qué cambios son necesarios ?
Necesidades nutricionales específicas
Los dietistas enfatizan que ciertos ajustes en la dieta pueden satisfacer las necesidades específicas de las personas mayores. Por ejemplo, el requerimiento de proteínas aumenta después de los 60 años debido a la pérdida muscular asociada con la edad. Se recomienda consumir aproximadamente 1 gramo de proteínas por kilogramo de peso corporal al día.
Absorción reducida
La absorción de ciertos nutrientes como la vitamina B12 y el calcio puede ser menos eficiente a medida que envejecemos. Asegurar una ingesta adecuada de estos nutrientes se vuelve crucial para mantener una buena salud.
A medida que nos adentramos en los detalles del tipo de alimentos que debemos evitar o privilegiar, veremos cómo cada decisión puede marcar una diferencia significativa.
Los principales alimentos a evitar para los seniors
Sodio y azúcares refinados
Limitar el consumo de sodio y azúcares refinados es esencial para reducir el riesgo de hipertensión y diabetes, respectivamente. Estos suelen encontrarse en alimentos procesados y bebidas azucaradas.
Alimentos fritos y grasas trans
Los alimentos fritos y las grasas trans pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas y deben evitarse en lo posible. En cambio, los ácidos grasos omega-3, que se encuentran en pescados como el salmón, son beneficiosos para la salud del corazón.
Pero no solo es importante qué comemos, sino también cómo hidratamos nuestro cuerpo.
L’importancia de una hidratación adaptada y las bebidas a limitar
Hidratación adecuada
Mantenerse bien hidratado es fundamental, especialmente para los seniors, ya que la sensación de sed puede disminuir con la edad. Se recomienda beber agua a lo largo del día.
Bebidas alcohólicas
El consumo de alcohol debe ser moderado. El alcohol puede interferir con ciertos medicamentos y tiene un alto contenido calórico que puede contribuir al aumento de peso.
Un aspecto crítico de la alimentación después de los 60 años es mantener un equilibrio nutritivo adecuado.
Nutrición anti-âge: el equilibrio entre proteínas, oméga 3 y calcio
Proteínas
Las proteínas son vitales para mantener la masa muscular. Fuentes saludables incluyen pescado, pollo, legumbres e incluso algunos vegetales.
Ácidos grasos Omega-3
Los ácidos grasos omega-3 ayudan a mantener una función cerebral saludable y promueven la salud del corazón. Se encuentran en pescados grasos, nueces y semillas.
Calcio
El calcio es esencial para la salud ósea. Los productos lácteos son una fuente rica en calcio, así como algunos vegetales de hoja verde.
Es fundamental, además, prestar atención al peso corporal.
Cómo mantener un peso sano en la edad de la jubilación
Mantén un equilibrio energético
A medida que nos volvemos menos activos con la edad, necesitamos ajustar nuestras dietas para evitar el aumento de peso. Mantener un equilibrio entre las calorías consumidas y gastadas es clave.
Por último, pero no menos importante, recordemos que comer bien no significa renunciar al placer de comer.
Hacer rimar placer con salud: consejos para una alimentación equilibrada
Variar los alimentos
Incluir una amplia variedad de alimentos en la dieta asegura un espectro completo de nutrientes. No hay que olvidar incluir frutas y verduras frescas diariamente.
Comer conscientemente
Comer despacio, saboreando cada bocado e intentando reconocer cuándo estamos realmente hambrientos o saciados ayuda a evitar el sobrepeso y mantiene el placer del acto de comer.
Finalmente, aunque estos consejos son útiles, cada individuo es único y puede tener necesidades específicas. Por lo tanto, recomendamos la consulta con profesionales de la salud para un enfoque personalizado.
Recuerda que una buena alimentación después de los 60 años puede contribuir a aumentar tu longevidad y mejorar tu calidad de vida. Al mantener una alimentación equilibrada, no solo nos mantenemos activos e independientes por más tiempo, sino que también reforzamos nuestro sistema inmunológico, prevenimos enfermedades crónicas y favorecemos nuestra salud mental.
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